Una situación que se debió comenzar a revertir tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Pero los meses posteriores a la cita con las urnas fueron frustrantes para los que apostamos por cambios profundos en las políticas y para los que creemos en la necesidad del entendimiento entre distintas formaciones con el interés general como guía.

El nuevo escenario político que decidieron los ciudadanos y ciudadanas con su voto, sin mayorías, con cuatro fuerzas políticas relevantes en el ámbito estatal, exigía flexibilidad y generosidad. Únicas vías para tratar de buscar lugares de encuentro que permitieran un programa de actuación para los próximos años y un Ejecutivo con apoyos suficientes para desarrollarlo.

No estamos en la segunda vuelta del 20D. Nos hallamos ante una nueva convocatoria, eso sí, con problemas similares –desempleo, exclusión social, pobreza infantil, sostenibilidad de las pensiones…- y con propuestas distintas para solventarlos. Unas propuestas que van desde el más de lo mismo de los conservadores de Rajoy a planteamientos de cambio en las políticas económicas, fiscales y sociales que representa el candidato socialista.

Desigualdad y centralismo

Si continúan desarrollándose las políticas de los últimos años sufriremos nuevas reducciones de los presupuestos sanitarios y educativos. Con menos relevancia de la dependencia, con peor atención a quienes más lo necesitan. Con vueltas de tuerca aún peores en la legislación laboral vigente, con menos derechos. Con más centralismo. Con más olvido de Canarias.

No son, por tanto, unas elecciones sin trascendencia. La tienen y mucho. Entiendo el enfado ciudadano por la incapacidad de los partidos para llegar a un acuerdo de gobierno. Con distintas responsabilidades. Mientras algunos intentaban formar Gobierno, otros estaban ya en campaña desde el 21 de diciembre.

Pero creo que la respuesta no es, no puede ser, un incremento de la abstención el 26J, como apuntan los distintos institutos demoscópicos, que coinciden en una previsión de participación cinco o seis puntos más baja que la que se produjo en las muy recientes elecciones. Todo lo contrario.

La abstención es el principal enemigo del cambio. Considero que se precisa una enorme movilización en las urnas. Una participación masiva si no queremos dejar pasar la oportunidad de acabar con el duro sufrimiento causado a trabajadores y clases medias. Si queremos una sociedad más justa y equilibrada, con menos desigualdades y mas oportunidadesgualdades y con mnstruir un paportunidad ciudadano se precisa una enorme movilizacinterás oportunidades. Lo que difícilmente entienden los que están más obsesionados con ser segundos que con transformar la dura realidad de tanta gente.

El Gobierno de Rajoy ha sido nefasto para Canarias, que ha sufrido las consecuencias de decisiones que han agravado su ya delicada situación económica y social. Desde el incumplimiento del convenio de carreteras -con unos 800 millones de euros detraídos en los cinco presupuestos de esta nefasta etapa- a la desaparición de Plan de Empleo y el de infraestructuras educativas.

Agenda canaria

Sigue siendo válida, por tanto, la Agenda Canaria que hemos elaborado junto al PSOE. Un texto que recoge un conjunto de reivindicaciones que pretenden

que los ciudadanos y ciudadanas de Canarias, la comunidad más alejada y con problemas más diferenciados y permanentes, estén en igualdad con los del resto del Estado. Entre ellas, las referidas a nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF), a nuestra financiación autonómica, a nuestro nuevo estatuto político y a la reforma de nuestro sistema electoral.

Además, nos comprometemos con un programa progresista en el ámbito estatal. Para derogarla agresiva reforma laboral del PP y plantear un marco distinto, respetuoso con los derechos de los trabajadores y que colabore en la creación de empleo de calidad. Para implantar un modelo fiscal justo que no cargue, como hoy, su mayor peso sobre pymes, trabajadores y consumidores. Haciendo que pague más quien más tiene y persiguiendo el elevado fraude.

Para garantizar el sistema de pensiones y una financiación autonómica que garantice recursos para los servicios públicos básicos y, por tanto, mayor equidad. Para establecer un gran pacto por la educación. Para poner la sanidad entre las prioridades, acabando con recortes, privatizaciones y copagos. Para rescatar la Ley de la Dependencia. Para hacer realidad un gran pacto de Estado contra la violencia de género, abordando de forma integral –educación, sanidad, justicia, fuerzas de seguridad…- esta dolorosa lacra.

Para dar pasos en el camino de una reforma constitucional que blinde los servicios públicos y posibilite el adecuado encaje de las distintas singularidades de las comunidades autónomas. Para mejorar el sistema electoral y lograr una democracia más participativa y de mayor calidad.

Son muchas las razones para superar las actuales políticas neoliberales conservadoras y apostar por una transformación política, económica y social en beneficio de la mayoría social. Asimismo, muchas las decisiones que precisa Canarias para salir del actual retraso y las duras condiciones de vida de buena parte de su gente. Lo que ocurra el 26J será decisivo para el futuro inmediato de nuestra tierra. En estas próximas elecciones el cambio es imprescindible.

Román Rodríguez es portavoz parlamentario y presidente de Nueva Canarias.